lunes, 25 de marzo de 2013

más búsquedas

A las 7 am, caminando a orillas de ese río me sentía como en un pequeño via crucis. Un via crucis, que manera tan más pedante de referirse a esto, ¿Pero qué otra comparación le podía encontrar? Et dimitte nobis debita nostra.
Conocer a alguien, ¿De qué depende pensar que conoces a alguien?, ¿conocer su historia, la persona a la que ama?, ¿sus alegrías, sus gustos?, ¿se podría decir que conoces a alguien porque puedes pedir su sandwich o su café de la forma exacta en que esa persona lo desea?, ¿se podría decir que la había conocido de alguna forma en que quizá ni sus más íntimos amigos la conocían?
Y no, no la conocía, no la conozco, y quizá no la conoceré. Esos breves momentos en que estuvimos solos eran de silencios, eran momentos en que ella expresaba sus firmes creencias y yo solo asentía por cortesía. Luego se movía hacia alguien más platicando y riendo mientras me dejaba solo pensando en que era extraña la atracción que sentía hacia aquella mujer con la que el máximo contacto había sido un saludo, un abrazo, una plática en medio del efecto del ron, el tequila, las cervezas, las noches, las terrazas, la música y el asentir con la cabeza mientras hablaba más de sus firmes convicciones.
Realmente no recuerdo bien cómo se dio - el efecto del ron, el tequila, las cervezas-, pero de pronto era sentir su cuerpo junto al mío, el baile más personal que hacia los demás en el lugar, la música, el abrazo, los rostros encontrándose, la suavidad encontrándose, la humedad encontrándose. El buscar desesperados, el buscar y caer; el morder y perder. El terminar de espaldas en la pared y comenzar a desear. Olvidar el cómo y el por qué. Seguir buscando entre el cabello y el cuello, entre sus manos guiándome sobre su cuerpo, apretando y buscando. Buscar, buscar, buscar, ¿Buscar qué? Yo no lo sabía, pero la ayudaba a encontrarlo.
Lo que comienza efímero termina efímero, no como regla general, solo como una norma o recomendación. Así que mientras nos buscábamos uno dentro del otro y él abrió la puerta del cuarto diciendo "no, no paren, sigan" mientras intentaba entrar en la cama con nosotros, me di cuenta que todo se había botado al quinto infierno ¿Y qué le quedaba a uno? decirle los "no mames, vete", "wey, no mames, vete" y ver cómo se iba tambaleando con su pequeño trasero desnudo. No quedaba más que la cortesía del "¿quieres seguir?" para recibir el ya esperado "no". Entonces era vestirse, buscar las ropas propias (buscar, seguía siendo todo una búsqueda), acostarse y poner la alarma a las 7 am porque había que salir de ahí pitando al otro día y caminar toda la carretera con el río a la izquierda hasta el boulevard para tomar el primer camión  e ir asintiendo en el camino mientras ella hablaba de sus firmes convicciones.

viernes, 8 de marzo de 2013

En busca de una gran idea me pregunté ¿Por qué quiero una gran idea? ¿escribirla y luego ganar montones con ella? ¿Crepusculo style?

miércoles, 6 de marzo de 2013

más blas blas

Y si bien la aparición de una nueva forma estimulante en mi vida no es del tanto propicia, esta le da un cierto toque de cambio al panorama. Al panorama, que manera tan más mordaz de llamarle a la forma jodida de vida que me había cargado últimamente.
Se dice que uno es la causa de las cosas que atrae, el pensamiento como fuente de atracción -el poder de la atracción- le llaman si no me equivoco. A qué viene este punto, a que este tiempo he estado gozando de mi continua necesidad de sentirme miserable (con musical y todo). Y sin embargo las cosas no van tan mal, lo que me lleva  a pensar que hay una parte de mí, muy en el fondo, una forma sub-in-consciente, como sea, que busca mi felicidad.
¿Es esta forma inconsciente la que atrae de forma irremediable y continua esas alegrías de mi vida? Alegrías, otro término que sería bueno saber a qué me refiero con ello, alegría de cumplir con mis deseos y sensualidades, alegría de perderme en vicisitudes banales, alegría de no importarme el perderme en ellas, alegría de saber que tengo unas alegrías, alegría de que aprendamos y juguemos.
Alegrías al fin, alegrías de colores como los calzoncillos de los profesores y estas palabras que decaen, y yo decayendo, y yo procrastinando de manera irremediable como cada vez que vengo aquí y escribo desvaríos que creo son una forma de NECESARIA catarsis antes de que haga catarsis de una forma auto-catártica-destructiva. Amen.