La noche era obscura y fría, el cuerpo me temblaba por la adrenalina, los árboles que pasaba corriendo eran apenas manchones verdes, el pánico me incitaba a seguir corriendo, el miedo me daba fuerzas, C... iba a mi lado, sonriendo satisfecho. La luz de la luna le daba un brillo rojo a sus ojos.
---------------------------------------- I ---------------------------------
-¡Corre, no te detengas!- grité desesperado
-No... ya no puedo más- jadeó C... apoyándose en un árbol.
-¡Pero corre! ¡Nos van a alcanzar!- volví a gritarle.
-Tranquilo- inhaló profundo- ya estamos lejos, además, no sé porqué corremos tanto.
-Pues porque odiamos ese lugar, !Lo odiamos!- dije un poco enojado por la pregunta
-¿Y qué?, ahí teníamos una buena cama, comida diario y además la música era agradable- dijo con su pequeña cara de largos bigotes
-¿Agradable...?¡Era la misma música todo el tiempo!
Odio esos cambios de C... nunca sé cómo va a reaccionar, primero me convence de escapar y luego me dice que no estábamos tan mal.
-Uhm... es verdad, aunque es mejor que escuchar a L... llorar todo el tiempo por su bebé- me dijo mirándome con sus ojos grandes y redondos como canicas.
No pude responderle. Es verdad que cuando no ponían música por la noche, tener que escuchar a L... llorar por su bebé muerto (aunque C... me contó que realmente había sido robado en un supermercado mientras ella compraba tinte para el cabello, pero no le creo, él siempre me anda mintiendo, creo que le divierte hacerlo) es de lo más frustrante, no puedo dormir y C... se pone a tararear canciones de cuna, lo cual hace que L... llore aún más.
---------------------------------------- II ------------------------------
Nunca entendí porqué estaba ahí con tantas personas tan extrañas. De hecho, no recuerdo ni cómo llegué, sólo sé que me metieron en un cuarto y ahí estaba C... con sus grandes orejas, (siempre me intrigaron sus orejas largas y puntiagudas, a veces cuando yo estaba triste, él movía las orejas arriba y abajo para divertirme) sonrió y frunció la nariz mientras me decía:
-Es bueno volvernos a ver...
---------------------------------------- III -------------------------------
-Bueno, pero no hay que confiarnos, ya sabes cómo son, ¿Recuerdas cuando me dejaron sus dedos marcados en el brazo?- pregunté.
-Jaja... sí, eso fue divertido, llorabas como una niña- un brillo de malicia apareció en sus ojos- pero les di su merecido,¿Cierto?
-Sí, pero... ¿No crees que te pasaste un poco?- dije apenado- ese enfermero nunca se curó bien.
-Se lo merecía- susurró mientras se recargaba en un árbol y se sentaba sobre su pequeño trasero.
---------------------------------------- IV -----------------------------
Todas las noches, si había música y L... no lloraba, siempre soñaba con una habitación roja y obscura, negras sombras proyectándose desde la ventana y una mujer llorando de dolor y miedo en el suelo, su ropa de dormir desgarrada y con manchones escarlata, abraza en sus brazos a pequeños bultos que se aferran con miedo a la mujer. Uno de ellos voltea la mirada hacia mí, luego esconde los ojos en el regazo que lo protege y grita con terror:
-¡No papi, no...!
Luego escucho mi risa y despierto temblando y sudando frío. C... ríe por lo bajo cada vez que me sucede y yo finjo que no me sucede nada.
---------------------------------------- V ---------------------------------
-¿Por qué a ti no te dan pastillas?- le pregunté
C... se había puesto a comer perezosamente un poco de pasto que arrancaba del suelo y mordía con sus grandes incisivos.
-Porque no pueden
-¿Es por eso que te vas cada que me las dan?-pregunté.
-No, me voy porque te pones insoportable y llorón como L...
Sabía que era mentira.
---------------------------------------- VI -----------------------------
A veces, C... se ausentaba por periodos, antes regresaba unas horas después de que me medicaban, luego fueron días, la última vez no volvió en una semana.
No se a dónde vaya, pero siempre regresa más flaco y con menos pelo (aunque eso me agrada, su pelo blanco y fino siempre se me mete en la nariz y me causa comezón), antes de huir, volvió en un pésimo estado.
El cómo fue que me convenció de escapar sigue siendo un poco extraño, dijo que las medicinas me iban a hacer mal, que no debía tomarlas. Habló de que nos separarían, que él moriría, que no pertenecíamos a ningún lugar, que DEBÍAMOS estar siempre juntos. En su voz y mirada, se notaba un dejo de miedo y desesperación, algo raro en C... que me incitó a hacerle caso. Para cuando me di cuenta, estábamos saltando la barda y corriendo por el bosque que rodeaba al edificio, fue entonces que me entró el pánico de qué nos harían si nos atrapaban.
---------------------------------------- VII -------------------------------
-Alguien viene- dijo levantando las orejas
-¡Maldición!, ¡Te dije que debíamos seguir corriendo!- le dije levantándome del suelo rápidamente.
-Corre si quieres- dijo desde donde se había sentado- ya es tarde para TI.
Unas sombras aparecieron entre los árboles, intenté correr, pero inmediatamente alguien me tiró al suelo.
-¡Aquí esta!- gritó con fuerza
Escuché ladridos, pisadas corriendo hacia mí, voces por el radio, alaridos, órdenes. Intenté gritar, pero una rodilla me tenía contra el suelo y me costaba respirar. Alguien me clavó una aguja en el cuello y en seguida se me fueron las fuerzas. De pronto, todas las cosas tomaron un aspecto más nítido.
Estaba entre un grupo de policías y era una noche despejada, me rodeaban árboles altos, el pasto mullido y verde me hacia cosquillas en el rostro, el olor a hierba fresca llenaba los párpados que se me cerraban.
Todos hablaban por radio diciendo:
-Lo encontramos, vamos de regreso.
Mientras caía en un estado de sopor intermitente, uno de ellos acercó su boca a mi oído y dijo con un tosco susurro:
-La vez pasada hubo misericordia desgraciado, pero desperdiciaste tu último tiro, te vamos a refundir en un asqueroso agujero. No más médicos benevolentes, no más pastillas y tratamientos para ti. Estarán solos tú, tu demencia y nosotros.
Fue entonces que vi a C... mezclado entre el cuerpo policiaco,y sonriendo, dijo adiós con su patita peluda y se dio vuelta mientras desaparecía entre los árboles dando saltitos y moviendo su pequeño rabo redondo.
-Ahora nunca nos separaran, nunca- fue lo último que le oí decir antes de caer dormido.
---------------------------------------- VIII --------------------------------
-¿Lo ves?, estamos mejor así, ahora deja de llorar- dijo C...
La mujer lloraba, los niños gritaban. Ahora entiendo, ahora entiendo...