lunes, 9 de enero de 2012

Las cosas que llevan a otras cosas

Dula me llamó diciendo que no iba a poder verme, que su hermanito había enfermado, y como su madre andaba por el DF o una cosa así, ella debía cuidarlo. "Cuando no te toca, ni aunque te pongas" pensé. Le marqué a Romara para decirle que saliéramos, le había pospuesto la cita porque Dula me juró que ese día saldríamos, en fin. Me respondió un poco extrañada, supongo que pensó que la iba a dejar plantada, pobre Romara, debo dejar de usarla para cuando me siento solo y sin nada que hacer. Quedamos de vernos a las 5 en el quiosco enfrente de los portales, ese de los restaurantes y las heladerías.
-Traite una paloma blanca y una negra para que te reconozca, le dije.
-¿De dónde diablos crees que los voy a sacar mono? dijo con una risita.
Llegué un poco temprano, como casi siempre que ando esperando a alguien me puse a escuchar un tanto de música, me voy a quedar pinche sordo si sigo escuchándola tan alto, al menos eso dice mi madre... y mi padre... mis hermanos... amigos... Dula, maldita sea con Dula, ¿porqué me canceló? de seguro su hermanito ni se enfermó, en verdad es una jodida maldita, no sé porqué la sigo buscando. Me imagino que anda por ahí con Mariana, o con Renata, que se yo, una de esas amigas suyas, o quizá con el wey de Roberto o de Carlos, perra.
Romara llegó chupando el puño de su sudadera, ¿porqué chupara siempre su sudadera?
-¡Mejor ya cómetela!, le dije.
-¡Calla mono, calla!, me respondió poniendo la mano atrás de su espalda, mejor dime a dónde vamos.
-Y qué se yo hamster, por ahí, a ver qué topamos (topamos, una palabra que me topo últimamente, ojalá así como me topo con ella me topara con Dula, maldita Dula).
Subimos por el andador turístico hasta Santo Domingo.
-Ya estamos en saaaaanto weeeee, le dije.
-¿Y ahora qué o qué? me respondió.
-Y quien sabe, el otro día que pase ahí por la calle del Álvarez vi que abrieron un café medio Otaku, ¿quieres ir hamster?, pregunte.
-Oooora pues, dijo jalándome el brazo. Es bien linda ésta Romara cuando quiere.
Cuando íbamos dándole la vuelta a Sangre de Cristo la escuché, perra, pensé. Es una maldita perra... Era la risa de Dula, lo sabía, no conocía a alguien más que fuera tan escandalosa, y además, casi podía ver su cabello en el parquecito ese donde se ponen los pintores. Me quedé parado como imbécil haciendo ojos de chino y casi sacando la lengua (maldita sea mi ceguera de topo).
-Andá hamster, ¿querés ir a una misión imposible?, le dije a Romara cuando recordé que iba con ella.
-¿Misión imposible?¡Tus perversiones de seguro! me dijo, pero se paró a mi lado intentando enfocar hacía donde yo veía para descubrir el bussines.
Dula... alcancé a escuchar que susurraba a mi lado. Romara sabía todo de mí y Dula, nuestra tormentosa relación, cómo ella me cambió por mi amigo y luego lo cambió a él por alguien más, y a ese otro por alguien más y a su vez a ese por alguien más...
-Tienes que superarlo mono, me dijo sacándome de mis pensamientos rencorosos, estás bien enfermo si quieres seguirla, porque eso quieres hacer, ¿verdad?
Y cómo coño no querer seguirla, la maldita me dijo que estaría todo el día en su casa cuidando a su hermanito, sé que no tengo ninguna razón o poder sobre ella, y que si quisiera hace un montón me hubiera mandado a cortar chayotes, pero es que me dolía en el orgullo que me dijera que se quedaría en su puta casa y me la encontrara a medio puto centro hablando con... coño, no se ni quién carajo es el wey ese.
-Y bueno, ¿vienes?, le dije a Romara.
-¿Sabes que ya debes superarla?, dijo mirándome y entornando los ojos.
-Pero si ya la superé... solo quiero seguirla enfermamente, ver con quien anda, donde duerme, con quien vive...
-El motivo es una simple tontería.... me terminó la frase Romara. En verdad es linda ésta Romara cuando quiere.
Básicamente estuvo sentada ahí riéndose y platicando con el tipo ese como una hora, Romara me contaba algo de que vio un gatito tirado en la calle y que cuando lo picó con un palito empezó a llorar, que lo levantó y se lo llevó buscando a un veterinario toda histérica, y que para cuando lo encontró le dijo que ya estaba más muerto que vivo, que se quedaría con el esa tarde y si no se recuperaba lo iba a inyectar. Yo creo que ya esta bien tieso, me dijo con tristeza, pobre gatito, ¿por qué la gente hace eso?
-¿Hacer qué?, le dije fingiendo que no la había escuchado.
-Ya ves cómo eres, ya mejor mátame si quieres.
-No te me agüites hamster, igual y mañana se hace el desquite, sabes que es una mini-broma. Mejor párate, parece que se mueven, le dije acercándome a ella y haciendo una mirada como perdida, Romara siempre se reía cuando le hacía esa cara.
-Vaaaaaamos pues chingá, si ya estoy aquí, ¿que más me queda mono?, respondió levantando los brazos resignada.
Caminamos media cuadra detrás de ellos, lo bueno es que había un montón de turistas ese día. Me gusta mi ciudad, pero últimamente la veo bien jodida, toda sucia, llena de gente, y luego pusieron ese bonche de monos de madera que nada más sirven para que los hipsters de mierda y sus camaritas caras tomen sus fotos bien cute y presuman de ser todos unos fotógrafos. Que les den por culo, sus cámaras lo hacen todo, "los emos de ayer son los hipsters de hoy" me dijo Dula una vez.
-Ey mono, se metieron al pinche Blue, no me jodas que quieres entrar a esa mierda.
El Blue era ese nuevo antro, bar, putero, lo que sea que habían abierto apenas. Era una mierda de lugar, bien al romantic style de Nude, Básico, Hangar, Rosso y todas esas mierdas, no entendí cómo es que Dula entró ahí, hasta donde me quedé le cagaban esos lugares. Luego recordé que era Dula, que era ella y su pinche plasticidad para con las personas, conmigo podía ser bien chevere y alivianda, con él podía ser bien fresa y hasta corear las de Paulina para adaptarse, maldita Dula.
-No, no llego a tanto, además, desde aquí afuera veo donde se sentaron, ven, vamos a tirarnos en la banqueta y a llorar sangre.
-Vas a llorar sangre
-Whatever...
Ahora que lo pensaba casi ya no me hablaba con Dula, había terminado su ciclo para conmigo, ahora este nuevo tipo era su nuevo círculo, cuando me la encontraba platicaba más con Dulia, su amiga, era bien buena mujer y me divertía bastante, a la Dula nada más le decía 2 o 3 comentarios y luego fingía que no le hacía caso y la mandaba a la mierda (y luego me ando pregunto por qué es que no quiere salir conmigo). La verdad le había agarrado bastante cariño a Dulia; ella es la novia de mi amigo, y una coña, mis malditos círculos también están bien culeros. Romara había empezado a cantar esa cancion de "cava un túnel, cava un túnel, que la hiena te va a comer" era bien cagado como la cantaba, salió en el Rey León creo, quien sabe, pero cuando ella la canta es cagadísimo y no puedo evitar reírme y bailar con ella. Andábamos en eso cuando de la nada apareció Alejandro, se le veía mas guapo, desde que se operó los ojos y ya no usa lentes ahora puede lucir sus ojos color verde gargajo. Sé que Romara alguna vez sintió cosquillitas en sus cositas como solía decirle para molestarla por Alejandro, pero no comenté nada, él venía con ésta chica bien interesante, no recuerdo ni como se llamaba, pero no pude dejar de verla como estúpido mientras Romara y Alejandro se contaban unos chismes, dejándonos a los dos excluidos de la conversación. Me encontré con la mirada de la chica que se veía claramente incomoda porque la había dejado un tanto de lado Alejandro, y me encogí de hombros, ella me respondió con una sonrisa. Quiere coger conmigo pensé para mis adentros. No pude evitar reírme de mi guarrada mental y hacer que Romara y Alejandro recordaran que seguíamos ahí.
-¿Qué hacen acá tirados en la banqueta por cierto?, nos preguntó
Por un momento temí que Romara me quemara, pero sólo levantó los brazos y dijo
-Cavamos un pozo, ¿qué más?
Alejandro se nos quedó viendo mientras nos reíamos como retrasados, y parece que decidió que era suficiente y se despidió de nosotros
-Bonne chance avec la femme, le dije abrazandolo. No creo que me haya entendido, pero me sonrió, buen tipo el Alejandro.
Le dije adiós a la chica que venía con Alejandro, y cuando estuvo a una prudente distancia comencé a gritarle "te amo!!! te amo!!! te amo!!!!!". Eres un enfermo, me dijo Romara. Nos volvimos a sentar en la banqueta sonriendo somnolientos. La mire y le empecé a oler el cabello como cachorrito como cuando estábamos aburridos y ella empezó a hacer sus soniditos raros. Eran bien divertidos sus soniditos raros.
-¿Cúando vas a dejar de estar así por Dula?, me soltó de sopetón.
-Y quién sabe, ya vez que estas cosas del apego son unas mierdas bien culeras, dije entre su cabello. Olía rico, no sé cómo es que lograba que oliera siempre bien, el mío apesta todo el tiempo, o eso es lo que pienso.
-Debes dejarlo ya, estás perdiéndote de muchas cosas mono, como con Shara, ¿te acuerdas de Shara?
Cómo no acordarse de Shara, era una mujer bien buena, pero nunca la quise, o nunca quise quererla, quien sabe. Cuando terminamos anduvo decaída un montón de tiempo, me sentí como una verdadera basura, no se merecía eso la pobre mujer
-Sabes que anduve con ella porque me sentía solo, le dije mordiéndome la lengua.
-Claro, igual que con Amanda, con Brenda y con Cristina, dijo viéndose las uñas.
Todas ellas eran geniales, todas me soportaron mis caprichos y que nunca les hiciera caso, y siempre terminaban igual las cosas, alguien llorando y yo sin saber qué hacer.
-¿Tienes que ser tan cruel?, dije poniendo cara de tristeza
-¿Tienes que ser tan torpe?, respondió viéndose la cutícula del meñique. Si tu quisieras podrías ser muy feliz, tienes algo que hace que las personas te quieran, ¿porqué no te dejas querer?
-Que las personas me quieran... ¿de qué personas hablas? preséntame algunas porque...
-Yo por ejemplo, me corto a media frase.
Romara dejó de verse las uñas y me miró fijamente a los ojos, la miré de vuelta, no acostumbro mirar a las personas a los ojos. Le observé el rostro con sus labios gruesos con los que soñé un día que besaba y que cuando me desperté me dije a mí mismo que debería dejar de ver porno y ponerme jarioso antes de dormir. Sus ojos café obscuro me seguían observando fijamente, encima de su nariz pequeña y bonita "como de hamster" la solía molestar. No la había observado tan detenidamente y tan de cerca, era como mi mejor amiga, es cierto, pero creo que nunca le había puesto atención al pequeño lunar debajo de su ojo derecho, a los chinitos que se le hacían en el nacimiento de la frente, a su piel sana y clara. Los pequeños aretes en sus orejas pequeñas y de lóbulos redondos. Debí haberme quedado como estúpido un buen tiempo porque preguntó si "nunca me había dado cuenta". Sonrió con esa sonrisita suya que no recordaba que recordara tan bien.
-¿Porqué nunca lo habías dicho?, pregunté sintiendo su hombro tibio junto al mío.
-¿Para qué?, estabas siempre pensando en Dula, intentando ser feliz con Amanda, diciendote que podías querer a Brenda y mintiendote que amabas a Cristina, ¿de qué iba a servir? pero ahora me doy cuenta que también yo debo dejarte ir, vivir, he estado contigo muchos años, ya me cansé que siempre sea a la que le llames cuando te cancelen tus mujeres, con la que vengas a llorar cuando Dula se va con otro hombre, con la que trates como tu hermana. No soy tu hermana, y no quiero serlo. I dont wanna be your friend...
-I just want to be your lover, le acompleté yo.
Me besó, así de la nada me besó, no recordaba haber sentido ese escalofrío en mí desde Dula y la primera vez que nos besamos en la fiesta de Manuel. No recordaba no haber pensado cómo besar a alguien desde que Dula me metía suavemente la lengua entre los dientes. No recordaba haber acariciado con tanta delicadeza la piel de alguien desde que Dula me atrapaba entre sus piernas en la cama del papá de Francisco. No recordaba a Dula, solo sentía como se me apretaban los ojos y me corría una lágrima de dolor, dolor de cómo se arrancaba el pasado de mi corazón. De cómo Romara me desprendía a cada mordida el rencor de mis recuerdos. De cómo en cada exhalación se purificaba mi espíritu y caían las cadenas que le había puesto a mis manos deseosas de meter los dedos entre su cabello, apretar su cráneo contra el mío, sus labios contra los míos, su felicidad desbocada contra la mía.
-¿Porqué nunca lo habías dicho?, le volví a preguntar mientras aspiraba el aroma de su cuello, un aroma que apenas me daba cuenta que sabía de memoria. ¿Porqué hasta ahora?
-Porque las hienas nos iban a comer si no cavábamos el pozo primero mono...
En verdad que era linda cuando quería.



jueves, 5 de enero de 2012

bonjour

hola persona que ha estado leyendo mi blog, eres la primera que lo hace en meses, saludos.

Embrace yourself

Era cosa de ir y decir hola. Regresé a donde la había visto sentada, ahí en la esquina donde se sientan los emos y los darks en Santo Domingo, con su suéter rosa, sus gafas y su libro. Casi llegaba al bordecito donde estaba y cuando me di cuenta me había aplastado en la bardita de Santo Domingo donde están los árboles. Coño, porqué era tan difícil. Me quede ahí escuchando un poco de música y decidiéndome. Coño, coño, coño, coño, gran coño, coño peludo, coño pequeño, coño negro. Coño.
Controlé un poco mis piernas y camine hacia ella, ¿qué serían?¿5 metros? me desvié en el último momento y me volví a sentar en la bardita, ahora mirando hacia la iglesia. Metí las manos en las bolsas de mi chamarra, la que me regaló Tania, ojalá no hiciera tanto frío, se me rompió la chamarra de Tania y no quiero usarla tanto. Me volteé a verla; seguía ahí sentada, seguía ahí sentado, seguíamos ahí sentados, sentados, sentados, coño, ¿porqué seguía ahí sentado?
Tomar una bocanada de aire, ignorar la sensación de que estuviera inhalando plomo, tomar otra bocanada, ignorar de nuevo la sensación, tomar otra bocanada, ¡coño! ella se paró y se fue, me cago en la leche, se fue. Caminó hacia el llano, con su suéter rosa, sus gafas y su libro que nunca sabré de qué era.